viernes, 26 de marzo de 2010
Islandia, (en islandés: Ísland; IPA: [ˈistlant]) es un país localizado en el extremo noroeste de Europa, cuyo territorio abarca la isla de Islandia y algunas pequeñas islas e islotes adyacentes en el Océano Atlántico norte entre el resto de Europa y Groenlandia. El 9 de enero de 2006 superó la cifra de 300.000 habitantes por primera vez y el 1 de enero de 2008 el país tenía una población de 313.376 personas. Su capital y ciudad más importante es Reikiavik (Reykjavík), con 117.898 habitantes (1 de enero de 2008).
Ubicada al norte de Europa, es una isla entre el Mar de Groenlandia y el Océano Atlántico, al noroeste del Reino Unido. Islandia no es el país más septentrional de los Países Nórdicos, ya que partes de Noruega, Suecia y Finlandia llegan más al norte. Sin embargo, la capital Reikiavik (Reikiavik, en islandés: Cala de los Humos) es la capital nacional más septentrional del mundo; tiene las tierras más cubiertas por glaciares que el resto de los países de Europa Continental.
El clima de la costa de Islandia se clasifica como subpolar oceánico (Köppen Cfc), es decir , tiene veranos frescos y breves e inviernos suaves, con temperaturas que no bajan de los -3 °C. La corriente cálida del Atlántico Norte provoca temperaturas medias anuales mayores que las que ocurren en similares latitudes de otras partes del mundo. Las costas de la isla se mantienen sin hielo durante el invierno, a pesar su cercanía al Ártico; aunque ha habido excepciones, éstas se presentan muy rara vez, siendo la última de ellas registrada en la costa norte, en 1969.[15
Se han registrado en Islandia cerca de 800 especies de insectos; como en otros países árticos y subárticos los dípteros (moscas, jejenes, etc.) forman el grupo más importante. No existen en Islandia ni reptiles ni anfibios.
Los ríos islandeses están colmados de salmones y los lagos y arroyos de diferentes especies de truchas. También puede encontrarse en agua dulce, la anguila. Ninguna de estas tres especies son verdaderamente de agua dulce, sino que representan especies de mar que se están estableciendo en agua dulce.
martes, 23 de marzo de 2010
Hace 11.000 millones de años la temperatura del universo era de unos 3.000 grados, y se formaron las primeras estrellas: la gravedad hizo que los núcleos de muchas nubes de hidrógeno alcanzasen temperaturas elevadas, del orden de 15 millones de grados, lo que permitió la fusión del hidrógeno en helio, proceso que origina la emisión luminosa de las estrellas. Cuando las estrellas agotan el hidrógeno del núcleo son capaces de seguir generando energía fundiendo a su vez el helio en materiales más pesados. De este modo, en los núcleos de las primeras estrellas se formaron todos los elementos químicos que actualmente hay en la Tierra. En las estrellas más grandes, este proceso genera cada vez más energía, hasta que llega un momento en que la gravedad no es capaz de contenerla y la estrella explota lanzando al espacio gran parte de su materia. Esto sucede a una edad diferente según la masa de cada estrella. Las explosiones de estrellas llenaron el espacio de nuevas nubes de gas (esta vez relativamente rico en toda la gama de elementos químicos), a partir del cual se formaron nuevas estrellas, las llamadas estrellas de segunda generación, entre las cuales se encuentra el Sol.